Hace 20 años que está en la plaza de la estación de Quilmes. El reloj Seiko de Rivadavia e Yrigoyen volvió a funcionar luego de largo tiempo de no dar la hora, gracias a la intervención del presidente de la Asociación de Amigos del Paseo Rivadavia, Antonio Lafortuna, para cambiar el mecanismo y poner a punto el aparato.
Vale recordar que este histórico reloj fue donado por el gobierno de Japón a la Ciudad de Buenos Aires hace casi dos décadas en el marco de un gesto de amistad entre ambos espacios, y luego esta donó dos a municipalidades de la zona sur, uno para Lomas de Zamora y el otro que tuvo como destino la Municipalidad de Quilmes, quien decidió colocarlo en la plaza Weelwright de la estación.
El conocido joyero se tomó el trabajo de volver a poner en funcionamiento en aparato y dejarlo en condiciones para que pueda volver a marcar la hora, y que además de un servicio social vuelva a engalanar la plaza, presta a ser reinaugurada luego de las obras de remodelación.
El reloj originalmente funcionaba a energía solar con placas, pero al construirse los edificios frontales que daban sombra durante gran parte del día en el lugar el mismo dejó de funcionar con normalidad, así que se decidió cambiar el sistema y conectarlo a la línea eléctrica de alumbrado público, pero con el correr del tiempo lo volvieron a desconectar. Ahora, el tradicional joyero de la calle Rivadavia volvió a transformar el mecanismo y lo convirtió a batería con un gran transformador, lo que le genera una mayor autonomía de trabajo.